La empresa cochabambina de insumos médicos Imemed, tras el impulso del virus SarsCov2, pone en marcha la primera fábrica local de barbijos, ventiladores mecánicos de terapia intensiva, equipos de rayos X y tarjetas electrónicas. Instalaciones que están encaminadas a producir en una fábrica situada en el municipio de Sacaba.
“Mi esposo administrador empresas, vendedor nato, y yo médico, decidimos unir fuerzas. Al principio teníamos la idea de fabricar, pero éramos jóvenes, así que comenzamos a importar y construir nuestros sueños”, relata Alessandra Sobrino de Tardío, gerente administrativo financiero de Imemed.
Cuando el mundo se detuvo frente a la pandemia de incertidumbres y no era posible la importación de equipos e insumos médicos, los socios hallaron el incentivo para hacer realidad el sueño de la fábrica.
Este fue el tiempo necesario para la compra de un terreno, los trámites burocráticos, permisos, autorizaciones y, sobre todo, preparación.
Hoy, casi un año después, la fábrica de Imemed está a un paso de hacerse realidad con el equipo y materia prima necesarios para la producción de por lo menos 4 millones de barbijos quirúrgicos de tres capas, Kn95 de cinco capas, cofias y zapatillas desechables. Se estima que el primer barbijo hecho en Cochabamba salga a fines de este mes.
Además, junto con el talento local de ingenieros biomédicos, mecatrónicos, electromecánicos, informáticos y asesoramiento de médicos intensivistas se fabricó módulos de respiradores digitales que ya concluyeron pruebas y esperan entrar en funcionamiento en pocas semanas. También, tienen listo el prototipo del primer equipo de Rayos X digital y la única fabrica de tarjetas electrónicas que permiten consolidar el perfecto funcionamiento de los equipos mencionados.
“La fábrica de barbijos está en marcha y en poco tiempo consideramos producir entre 3 y 4 mil barbijos de manera automática, un promedio de 100 por minuto; también tenemos las telas, entre ellas el filtro meltblown”, precisa Sobrino.
“Como médico, me encargaré que este producto tenga las autorizaciones de la Agencia Nacional de Medicamento y Tecnología (Agemed), las certificaciones necesarias, protocolos de seguridad y la calidad que garantice un producto eficiente”, precisa la ejecutiva.
El gerente general, Roberto Tardío Guzmán asegura que no es lo mismo un barbijo de industria, uso diario, de cocina (no cuenta con meltblown) o de uso médico, en este último, las normas cambian y se deben cumplir todos los protocolos, normas de calidad, reglas, además de la burocracia que exige el Estado.
“El barbijo tiene que se ser respirable, no inflamable y eficaz, según estándares internacionales”, añade Sobrino.
EQUIPOS DE ALTA GAMA PARA UTI Y RAYOS X
El respirador artificial está diseñado para cuidados intensivos de pacientes adultos y pediátricos. Esta máquina se caracteriza por proporcionar la ventilación mecánica a través de módulos ventilatorios controlados y espontáneos, también tiene medidores de flujo.
El diseño y la fabricación del equipo demandaron al menos seis meses de trabajo; para eso se compraron varios componentes del extranjero, además contaron con el asesoramiento en el diseño y fabricación de médicos de terapia intensiva de la La Paz y Cochabamba, indica la ejecutiva Sobrino.
La Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia intensiva avaló este equipo y sus afiliados quedaron sorprendidos con el alto nivel profesional y determinación para la realización de esta máquina.
El equipo ya venció todas las pruebas y certificaciones para su funcionamiento, incluso se hicieron ensayos en Brasil y ahora ingresará a la última fase en animales para terminar en los hospitales y clínicas nacionales, precisa Tardío Guzmán.
SALTO TECNOLÓGICO
Según comentan los ejecutivos, lo que impulsó la pandemia y presencia de coronavirus en el país fue la fabricación de equipos e insumos que enfrenten la enfermedad.
Es así que también promovieron el ensamble del primer equipo de Rayos X digital construido en Bolivia, con la experiencia y dedicación de jóvenes profesionales especializados.
El gerente general, indica que ya tienen listo el prototipo de la máquina que contará con un escáner en tiempo real y no necesitará placas radiográficas, aunque también existe la posibilidad de impresión.
“Ahora, al sacar una placa radiográfica llevamos un film, pero éste es degradable, al cabo de unos años ya no tiene la imagen y se pierde el diagnóstico. Con el equipo digital, las imágenes son guardadas en una memoria, con esto se reducen costos. Además, el diseño es sugerido por los mismos médicos, según los requerimientos”, señala Tardío.
A raíz de las inversiones y el trabajo de fabricación de equipos electrónicos de alta tecnología, surge la necesidad de tener una planta de tarjetas electrónicas para dichas máquinas.
Tardío explica que al probar un equipo no todos los programas resultan buenos y tienen que mandar las placas al país de origen y retornar con las modificaciones, lo que conlleva tiempo y más gasto.
De esta manera, deciden implementar la primera planta de tarjetas electrónicas en Bolivia, para la fabricación de cualquier equipo médico. Esta innovación permitirá hacer las pruebas y corregir los programas electrónicos.
El personal, profesionales de excelencia titulados en distintas universidades del país, comenzarán a viajar a los países de donde traen los insumos para capacitarse en la fabricación de máquinas, en tiempo real.
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